Continuando con la temática del anterior post sobre la Técnica Pomodoro, quiero compartir algunos consejillos que he aprendido durante la aplicación de esta técnica. En mi caso la he utilizado para proyectos de desarrollo y programación web, pero realmente nos puede ayudar en práctimamente cualquier tarea en la que tengamos problemas para mantener la concentración durante periodos de tiempo relativamente largos, destacando por supuesto la función original por la que fue creada, que no es otro que el difícil y elusivo arte de estudiar de manera productiva.
- Planificación
La fase de Análisis y Evaluación de las Tareas es sin ninguna duda el punto más importante de la Técnica Pomodoro. Con la práctica, aprenderás a evaluar cuántos Pomodoros te lleva cada tarea, es normal que al principio tendamos a sobreestimar la duración de algunas tareas y subestimar otras. No pasa nada, la técnica es robusta y proporciona herramientas para analizar estos errores en la estimación e ir corrigiéndolos.
También es importante entender que a diferencia de los Pomodoros, las tareas no son atómicas: se pueden dividir, y también combinar por supuesto. En el libro que explica la técnica se recomienda no tener ninguna tarea de más de 5-7 Pomodoros: yo voy aún más lejos y jamás programo una de más de 4. ¡Divide y vencerás!
- Personalizar Tiempos
La flexibilidad es uno de los puntos fuertes de la Técnica Pomodoro. Podemos adecuar la duración de cada Pomodoro y descanso pequeño a nuestro ritmo de trabajo. Yo utilizo los valores por defecto de 25 minutos y 5 minutillos de descanso ya que de este modo 4 Pomodoros se corresponden con 2 horas. A mí me funciona muy bien este timing ya que muchas veces no tengo más que un par de horas muertas por la tarde para dedicarle al proyecto (sobre todo si es un proyectillo personal) y así termino de trabajar al llegar al descanso largo. Si seguimos trabajando después de la secuencia de 4 Pomodoros (como suele ser normal), podemos ajustar la duración del descanso largo para que sea un poco más largo si estamos especialmente cansados, o más corto si nos encontramos con ganas de seguir.
- Autodisciplina
Esos 25 minutos para cada Pomodoro (o el tiempo de duración que nos hayamos definido) tienen que ser de dedicación total a la tarea. Esto es difícil, sobretodo si estamos acostumbrados a ir haciendo varias cosas a la vez, pero es vital para el buen funcionamiento de la técnica. Durante un Pomodoro, no dejes que nada te distraiga, recuerda que un Pomodoro no se puede cortar ni interrumpir («protege tu Pomodoro» es una de las reglas fundamentales de la Técnica Pomodoro). La técnica tiene mecanismos para lidiar con las interrupciones: ¡Utilízalos!
- Foco
Puesto que la duración de los Pomodoros no es (no deberia ser) demasiado larga, tenemos la necesidad de llegar lo más rápidamente posible a un estado de máxima atención. Una de las pocas críticas justificables que he leido contra la Técnica Pomodoro es precisamente el hecho de que en 25 minutos es imposible llegar a un estado de concentración total, o que el descanso entre un Pomodoro y otro nos va a cortar justo cuando estamos más concentrados. No es así, de hecho el concentrarnos durante largos periodos en una misma tarea nos agota mentalmente y nos hace más propensos a buscar alivios. (distracciones).
- Constancia
No en vano uno de las reglas (para mí, la Regla de Oro) de la Técnica Pomodoro es: el próximo Pomodoro irá mejor. No pruebes esta técnica un par de horas para dejarla después porque no te convence: no habrás hecho nada – en realidad sí: procrastinar. La constancia en el uso continuado de esta técnica es tan importante como la autodisciplina a la hora de afrontar cada Pomodoro individual.
- Simplificar Requerimientos Materiales
Yo me olvidaría de utilizar ningún software/aplicación de móvil a la hora de poner el práctica esta técnica. De hecho, en el propio libro que describe la Técnica Pomodoro se recomiendan «easy-to-use, unobtrusive tools» (herramientas fáciles de usar y que no obstaculicen). Además, el ciclo de buscar un programa/instalarlo/evaluarlo puede ser una perfecta excusa para procrastinar.
La técnica en sí es tan simple que tan sólo necesitamos un par de folios, un boli, y un temporizador. Si nuestra pareja o alguien de nuestro entorno es un/a cocinillas, le podemos «tomar prestado» el temporizador de cocina, si no, nos vale con poco de maña con la alarma del móvil. Si eres un adicto a las utilidades software y no quieres trastear con un temporizador mecánico ni con un despertador/móvil, entonces te recomiendo esta herramienta online, pero nada más sofisticado.
Espero que estos consejos os sean útiles a la hora de utilizar esta técnica y os sirva para maximizar vuestra productividad. Mucha suerte y recuerda: ¡el próximo Pomodoro irá mejor!
excelentes consejos para una excelente técnica.
me gustaría copiar tu articulo en mi blog, obviamente colocando los créditos correspondientes.
Muchas Gracias por la informacion, tengo un problema grave de procastinación sobretodo por que estoy trabajando en proyectos y estudiando Symfony2 en horas de la noche y ya estoy un poco cansado muchas veces termino trasnochando en vano.
Voy a iniciar mañana mismo con la técnica y les comentare los resultados excelente web se destaca por su calidad visual y de contenido al contrario de una gran cantidad de sitios que se dedican a «copiar» informacion de otras fuentes de forma mal cuidada y no aportan nada.
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